Un verdadero arrepentimiento no es el que proviene de lágrimas ni palabras, todo lo contrario, el verdadero arrepentimiento se manifiesta en un cambio de vida y dejando de hacer lo que al Señor le desagrada.
¡No es fácil, pero tampoco imposible...!
Un verdadero arrepentimiento no es el que proviene de lágrimas ni palabras, todo lo contrario, el verdadero arrepentimiento se manifiesta en un cambio de vida y dejando de hacer lo que al Señor le desagrada.
¡No es fácil, pero tampoco imposible...!
En medio de cualquier circunstancia, necesitamos recordar que Dios es fiel y nunca nos abandona.
Él no solo nos da la fortaleza para seguir adelante, también nos otorga la fuerza física, espiritual y emocional para lograr la victoria.
¡No te desanimes...!
¡Siéntete seguro...!
¡Dios es tu roca y en él te puedes refugiar....!
Cuando los problemas aparecen sin previo aviso, la desesperanza nos arropa y olvidamos que más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, el Señor nos anima a confiar.
Mantente firme ante la aflicción, no desmayes ni te desanimes, porque pronto verás el milagro que Dios hará en tu vida.
Cuando nuestra confianza está puesta en quien todo lo puede, estamos tranquilos porque él nos cuida, nos protege, nos libra de peligros, provee lo necesario para poder vivir y nos mantiene firmes en la fe.
¡Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre!
Hay tristezas que son como el cauce de los ríos, se deslizan suaves y bajan por tu vida sin detenerse ante los obstáculos, para luego desembocar en las playas de tu futura alegría.